¿Es la filosofía importante en la actualidad?
El latinoamericano está tomando una identidad de la utilidad que inmiscuye una extrema cercanía hacia las ciencias fugaces, esas mismas ciencias que le dan un tinte “mecanicista” a las diferentes expresiones humanas, ¿Es la filosofía realmente importante para estos días? Una sociedad que factura, que produce, que revoluciona y conduce hacia el progreso social no debería preocuparse para temas que quizá no generen “Utilidades”, sin embargo, hablamos de la importancia que tiene el pensar como ejercicio de todo ser humano y de la facultad que ésta le otorga, para aprender a elegir, deberíamos primero identificarnos como entes cognoscibles y darle importancia a la madre de todas las ciencias, descubriendo así algo más que una simple utilidad.
Uno de los factores que ha conllevado a este paradigma de ineficacia respecto al filosofar es el peligro que representa alguien libre pensante para la sociedad, una persona que cuestiona la idea del sistema o que cuestiona por qué las cosas no se hacen de otra manera, es en esencia un contrainsurgente. Es por esto que incluso todo un marco legislativo suprime de su sistema educacional las escasas horas de filosofía en la escuela, o cómo un alcalde Colombiano asegura que la carrera de filosofía no es una salida laboral.
Hemos matizado el pensamiento con el dinero, llevando así a la filosofía como otra más de las carreras que están diseñadas para recibir ganancia, olvidando por completo el objeto de la filosofía que es el cuestionamiento de la realidad que vivimos, este paradigma se ha infundido por lo poco y selecto que leemos, por lo mucho que nos dicen en la televisión o por lo tanto que apercibimos en la radio, nos han limitado nuestra verdad y nos han impuesto creencias. Nos han suprimido nuestras ideas y nos la han suplantado por argumentos colectivos. Todo este malestar que genera el filósofo, el estarse preguntando el porqué de las cosas, y cuál es ese porqué que se pregunta, responde también al malestar del político o al malestar del religioso que segrega o radicaliza el pensamiento que en causas últimas busca una educación para obedecer, como acción última la idea es formalizar un modelo de educación que genere más tecnicidades en la persona, en vez de fomentar sus humanidades, porque el objetivo es pagar impuestos o dar ofrendas.
Vivimos en una actualidad que quiere vivir a flor de piel la moralidad y la ética, una actualidad que apremia el comportamiento justo, que busca lo correcto pero que olvida qué justicia se construye desde el pensamiento. Olvida que la filosofía nos enseña valores desde la axiología, una actualidad que sólo acoge a la persona más preparada sin percatarse de la visión de la epistemología, de todo este afán por facturar hemos creado máquinas que calculan y que hacen actividades repetitivas pero que no se preguntan, no tienen capacidad de asombro. Seres que creen, seres de fe, pero sin bases de ella, porque todo esto tiene razón desde la cosmología.
Por lo tanto, la asignatura de filosofía es más importante hoy que nunca, es necesario construir pensamiento para hacer seres críticos, porque no hablamos de filosofía como ciencia útil, sino como ciencia productiva, ciencia que genere eco en todos los aspectos de esta actualidad en crisis, necesitamos hoy más que nunca de la madre de todas las ciencias para verificar nuestra capacidad de decisión o de convicción frente a lo interpuesto por la moral que nos inculcan, defender o estar a favor de la filosofía es aceptar nuestro lado más humano y reclamar nuestro derecho a pensar, porque quién entiende la importancia de la filosofía también entiende el significado de su libertad intelectual.
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